Todos sabemos lo fácil que es caer en la comida ultraprocesada a la hora de dar la merienda a los niños (bueno, y a la hora del desayuno, la comida y la cena). Es humano, para que nos vamos a engañar. Es tan fácil, tan cómodo, ensucia tan poco, se lo comen tan rápido y con tanto gusto… Pero en contrapartida la mayoría de las veces les estamos dando azúcares refinados, grasas trans y pocos, muy pocos, nutrientes.

¿Qué panorama más desolador, no?

Madres y padres del mundo, no sufráis porque hay esperanza. Existen alternativas súper fáciles de preparar, saludables y riquísimas, tanto o más deliciosas que uno de esos donuts llenos de chocolate (vale, quizás me he pasado un poco, tampoco vamos a exagerar) y aquí os las voy a ir contando. Soy mamá de un niño de casi 2 años que, aunque se pirra por las patatas fritas, también disfruta muchísimo comiendo hummus, devorando aguacate o sorbeteando un zumo verde o ‘smoothie’ de frutas con bebida vegetal.

La primera merienda que os traigo son unas deliciosas magdalenas de zanahoria, plátano, coco y frutos secos. Una manera perfecta perfecta para que coman verdura, fruta y frutos secos y encima lo hagan encantados de la vida. Es además una receta fácil y rápida de hacer, no requiere muchos ingredientes y si, por ejemplo, las hacéis un domingo por la tarde (ideal para prepararlas con los peques), os aguantarán hasta el viernes en la nevera dentro de un tupper de cristal.

¡Poneos el delantal que vamos a ello!

INGREDIENTES

(Nota al lector: os pondré cantidades orientativas porque debo reconocer que funciono mucho a ojímetro)

  • 4 zanahorias
  • 1 plátano grande o 2 pequeños (si están maduros mejor). También lo podéis sustituir por aguacate.
  • 1 taza de coco rallado
  • 1 huevo
  • ½ taza de avellanas, nueces o el fruto seco que tengáis por casa
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Leche o aceite de coco (si no tenéis tampoco pasa nada)
  • 3 o 4 dátiles (optativo). Sólo si os gusta mucho el dulce.

 

ELABORACIÓN:

  • Mientras precalentáis el horno a 180 grados, triturad los frutos secos y el coco rallado en una procesadora hasta que quede harina. Si no tenéis trituradora, podéis machacar un poco los frutos secos y verter el coco rallado tal cual. Añadid canela y nuez moscada al gusto(yo puse 1 cucharada grande de cada porque me encanta el sabor). Si queréis que queden muy esponjosas y suban podéis añadir un poco de levadura o bicarbonato. Yo no puse y quedaron la mar de bien. Reservad toda la mezcla en un bol.
  • En la misma procesadora, triturad los plátanos y las zanahorias. Si no tenéis, podéis chafar el plátano con un tenedor y rallar las zanahorias. Cuando esté la masa triturada, añadid el huevo, un chorrito de aceite de oliva y otro de leche de coco (también sirve aceite de coco).
  • Es el momento de unificar las dos masas en un bol. Si veis que la mezcla queda muy líquida podéis añadir más coco rallado o más frutos secos. Una vez os quede consistente sólo os quedará verter la masa en moldes de magdalenas y al horno 30 minutos a 180 grados. Si no tenéis moldes de magdalenas también podéis usar cualquier molde de pastel.

Y si os falta algún ingrediente, no dejéis de hacer la receta. No tengáis miedo a innovar o a sustituir un ingrediente por otro. Os lo digo yo, que soy la reina del ‘tunning recetil’. Y oye, ni tan mal.

 

¡Buen provecho!

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